Entre los Papas, existe uno que se destaca por el odio anticristiano
contra la masonería, Pío IX, quien se volvió rencoroso contra la institución
después que fuera elegido Papa. El nombre de Pío IX, era Giovanni Mastai
Ferretti, y era masón, habiendo
pertenecido al cuadro de obreros de la logia “Eterna Cadena”, de Palermo
(Italia).
Bajo el número 13.715 fue archivada en 1839 en la Logia de “Fidelidad Alemana”
del Oriente de Nurenberg, una credencial que portaba el hermano Giovanni Mastai
Ferretti, debidamente autenticada con el sello de la Logia “Perpetua de Nápoles”.
Así, como hermano masón Giovanni Mastai Ferretti fue recibido en la Logia “Fidelidad
Alemana”.
El hermano Ferretti nació en en Sinigaglia (Italia) en 1792. Pasó dos años en Chile, sirviendo
como secretario del vicario apostólico Mazzi, fue arzobispo de Spoleto en 1827,
obispo de Imola en 1832 y fue elevado a cardenal en 1840. En el año 1846, fue
elegido Papa. Confrontándose las fechas, se verifica que en el año 1839, cuando el hermano Ferretti fue
recibido fraternalmente en la Logia Masónica en Alemania, ya era obispo.
Sin embargo, una vez que ascendió a Papa, Giovanni Mastai Ferretti
traicionó su juramento hecho en la Logia Masónica con la mano sobre el libro de
la ley; juramento al que honró con su odio a la masonería, y que culminó el 8
de diciembre de 1864, con la publicación de un syllabus donde colmó todas las encíclicas
y bulas papales contra la masonería, de la cual había sido parte.
Ante esto, la Logia “Eterna Cadena”, afiliada a la Gran Logia de
Palermo, teniendo en cuenta la mala práctica del hermano Giovanni, decidió expulsarlo
como un traidor, el 26 de marzo 1846, después de haberlo convocado para
defenderse. La expulsión fue determinada por Víctor Manuel, rey de Italia y de
toda la Península, quien también era Gran Maestro de la masonería de italiana,
quien más tarde, en 1865 decretó su expulsión de la Orden por haber excomulgado
a todos los miembros de la masonería. Su expulsión por parte del rey italiano y
Gran Maestre fue clasificada como perjuro. Por su parte la Iglesia Católica,
trató siempre de ocultar este episodio.
Pío IX, que tan ferozmente atacó a los masones, especialmente los de
Italia, fue hecho prisionero el 20 de septiembre de 1870, por los patriotas que
lucharon y ganaron la unificación italiana, dirigida por varios masones, entre
ellos: Garibaldi, Mazzini, Cavour y Manzoni, entre otros.
A pesar de ser un feroz enemigo de la masonería, Pío IX fue tratado con
mucha consideración por sus captores, los masones; pues vieron en él al viejo
hermano díscolo y desviado, y muy a pesar que era perjuro, prevaleció em ellos el principio
Sagrado de la fraternidad. Em este episodio se muestra una bellísima lección de amor al prójimo, dada por los
masones al Papa Pío IX.
Como resultado del Syllabus de Pío IX, contra la masonería, es que se
originó en Brasil, la espinosa exigencia de los Obispos, también llamada, "exigencia episcopo-masónica", cuando Don Vital, obispo de Olinda, y Don Antonio
Macedo, obispo de Pará, pretendían que aquel syllabus papal de Pio IX se sobrepusiera
a las leyes civiles brasileras, exigiendo que las hermandades religiosas
eliminaran de su seno a todos los numerosos masones católicos que la conformaban.
Los masones reaccionaron y optaron por recurrir a la Justicia, donde
ganaron el proceso; sin embargo los obispos se negaron a cumplirla, haciendo caso
omiso a la decisión del tribunal, por lo que fueron juzgados y condenados a
cuatro años de prisión con trabajos forzados. Un año más tarde el Duque de
Caxias, también Mason, y en ese entonces presidente del ministerio del Segundo
Imperio, los perdonó.
Esto, queridos hermanos, es otro de los muchos episodios masónicos, que debe ser divulgado.
Nenhum comentário:
Postar um comentário